Rompe la UAT esquemas

Abstract

Con otra mirada hacia el camino y hacia la vida, Susana recorre durante la semana las instalaciones de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), donde ha logrado ser alumna de excelencia, lo que implica una mayor responsabilidad y esfuerzo para mantenerse en ese lugar. Ella estudia en el turno vespertino de la Unidad Académica Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades (UAMCEH), y aunque presenta discapacidad visual, es la mejor de su clase, por lo que semestralmente es apoyada con recursos económicos a través del programa de la Universidad “Becas de excelencia”. Eligió las Ciencias Sociales porque siempre le ha llamado la atención conocer cómo se ha desarrollado la sociedad y sus problemas culturales. Actualmente estudia el cuarto semestre y en la Universidad Autónoma de Tamaulipas se ha olvidado de la discriminación que vivió en diversas instituciones públicas que no le permitieron ingresar por su discapacidad visual de nacimiento. Es la primera ocasión que asiste a una escuela regular. Tiene conocimiento de que esta universidad es una de las pocas del país que aceptan alumnos con discapacidades. Tan sólo en la UAM de Ciencias hay cuatro estudiantes con discapacidad visual, dos hombres y dos mujeres. Sus estudios de nivel básico fueron en escuelas de educación abierta, pero lo que más se le dificultó, fue hallar una escuela donde la aceptaran para estudiar el nivel medio superior, por lo que tardó varios años en continuar su preparación, hasta que ingresó al Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario, CBTA 83 en el ejido Loma Alta, municipio de Gómez Farías, donde los maestros impartían educación a distancia a un grupo de personas.